Después de cruzar un sendero selvático y angosto, llegarás a playa Blanca con un paraje tan recóndito como único. En playa Blanca se mezclan dos tonos de arena, el gris claro y el blanco, por lo que algunos sectores de la playa se perciben más oscuros que otros; aquí el oleaje es suave, la vegetación amplia y el agua cristalina.
Este recóndito lugar se mantiene virgen desde el propio camino; no hay donde parquear y tenés que dejar el carro frente a la calle para poder llegar. Tampoco hay hospedaje disponible, sin embargo, queda a pocos kilómetros de Marbella, una zona donde podés encontrar hosteles, cabinas, restaurantes y supermercados.
Anteriormente mencionamos algo del acceso, acá te contamos que es preferible que se transporte en un carro 4×4, ya que el camino está en mal estado, también podés llegar a Playa Blanca en automóvil si va despacio y con cuidado. La mayoría de la carretera es de lastre.